Pese a tener más de doscientos años, era la más joven de todos los vampiros del clan. Y ya estaba harta de todo. Miró al gris horizonte de rascacielos y sonrió mostrando sus colmillos. Entonces bajó la sombrilla permitiendo así que el sol decidiera su destino.
Un microtrance es un viaje, un momento. Una bocanada de inspiración. Una pequeña historia que sale de su escondite y muestra un poco de mi alma. Si te atreves, estás invitado a leerlos.