Ella miraba con preocupación el cuco de la pared. Eran más de las tres de la tarde del día de Navidad y su marido aún no había regresado. No era normal que tardase tanto. De pronto sonó el teléfono y lo descolgó con rapidez. Al otro lado de la línea una voz desconocida le habló. —¿Señora Noel?, llamamos de la policía. Tenemos una mala noticia que darle.
Un microtrance es un viaje, un momento. Una bocanada de inspiración. Una pequeña historia que sale de su escondite y muestra un poco de mi alma. Si te atreves, estás invitado a leerlos.