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Mostrando entradas de diciembre, 2018

Llamada inesperada - #AdvientoLiterup2018 (Noel)

Ella miraba con preocupación el cuco de la pared. Eran más de las tres de la tarde del día de Navidad y su marido aún no había regresado. No era normal que tardase tanto. De pronto sonó el teléfono y lo descolgó con rapidez. Al otro lado de la línea una voz desconocida le habló. —¿Señora Noel?, llamamos de la policía. Tenemos una mala noticia que darle.

La nota de la mesa - #AdvientoLiterup2018 (Carta)

Aún no la había leído, no había conseguido reunir el valor. La carta seguía encima de la mesa, en el mismo lugar en el que la habías dejado. Cuando volví aquella noche, te habías llevado tu maleta, solo quedaba tu aroma y el sobre con mi nombre escrito. No lo leería, no quería saber porqué lo nuestro se había acabado, porqué ya no me amabas. Quizás había otro. Quizás no me había comportado como debería. ¿Y si te había herido sin querer? Eso no lo iba a superar… Agarré la nota con lágrimas en los ojos y la rompí en mil pedazos. Pase días sin comer, bebiendo vodka, llorando mientras veía nuestras fotos. Menos mal que sabes que te casaste con un idiota, si no me hubieras dejado después encontrarme durmiendo en el suelo del salón, cuando de volviste de pasar unos días en casa de tus padres.

La cordura está sobrevalorada - #AdvientoLiterup2018 (Sagrado)

—Tiene usted un problema —dijo frunciendo el ceño. Volví a pulsar el interruptor observando cómo la bombilla se encendía. —¿Va a dejar de…? Calló cuando apagué la luz de nuevo. Lanzó un bufido y se cruzó de brazos. Le ignoré, solo tres veces más. Después de eso ya podríamos entrar en la consulta. Clic, luz encendida; clic, luz apagada; clic, luz encendida... ¡Listo! Le miré y sonreí haciéndole una reverencia para que pasara dentro. —Está como las cabras —farfulló en voz baja mientras entraba. Me encogí de hombros y señalé el diván para que se acomodara. Solía escuchar este tipo de comentarios a todas horas. No entendían que, para mí, realizar estos pequeños rituales era algo sagrado. Me senté y ojeé el informe de mi paciente que me observaba con desconfianza. Seguro que pensaba que se me iba la cabeza… pero al fin y al cabo, no era yo el que tenía que ir al psiquiatra. Relato finalista del #AdvientoLiterup2018 plataforma Literup día 22/12

El Grinch - #AdvientoLiterup2018 (Aguinaldo)

Cuando se aseguró de que todos estaban sentados a su alrededor empezó a hablar. —Odio la Navidad: el árbol del bazar chino, las cenas familiares en las que nos atiborramos como cerdos, el asqueroso turrón duro, los villancicos cutres, la lotería que nunca toca, el aguinaldo que sirve para ver lo rata que es el jefe, las postales en las que deseas lo mejor a gente que te la resopla...¿Y lo peor? Este feo traje rojo… y lo que pica esta barba… ¡Eh!... ¿Pero qué hacen?... ¡No me toquen!... ¡Maldita sea!... ¡¡He dicho que no se les ocurra tocarme!! Hicieron falta tres guardias de seguridad para reducirlo. Apestaba a alcohol ¿cómo era posible que nadie se hubiese dado cuenta de ese detalle? Los niños lloraban desconsolados, hubo que explicarles que se llevaban a Papá Noel porqué estaba enfermo e hizo falta todo un cargamento de golosinas para que sus elfos consiguieran calmarlos. Ese año el centro comercial se iba a llevar unas cuantas demandas. Relato finalista del #AdvientoLit

Zumito rico - #AdvientoLiterup2018 (Zanahoria)

Observó el vaso con recelo y lo agitó vertiendo parte de su contenido. Lo olisqueó y me miró dubitativo. —Bebe. No seas tonto —le dije. Le dio un minúsculo trago y la cara que puso me hizo sonreír. —Mamá no te rías, esto está malísimo. —¿Qué dices? ¡Pero si te encanta la zanahoria! —le contesté. —Sí, ¡pero lleva algo más! Negué con la cabeza como si no supiera de qué me estaba hablando. —No, cariño, es solo zumo —le mentí—. Venga bébetelo y podrás irte a jugar. Sin estar convencido del todo cerró los ojos y se tragó la medicina. Me miró satisfecho entregándome el vaso vacío, asentí y corrió a su cuarto para hacer carreras con sus coches. Suspiré aliviada. Un sentimiento agridulce me invadió por completo y tuve que hacer un gran esfuerzo para contener las lágrimas. Mi pequeño se hacía mayor, y cada vez me resultaba más difícil ocultarle su horrible enfermedad. Relato finalista del #AdvientoLiterup2018 plataforma Literup día 19/12

Crisma inusual - #AdvientoLiterup2018 (Amistad)

Querido Armando, te escribo en estas fechas tan señaladas para felicitarte la Navidad y desearte un muy próspero Año Nuevo, en compañía de tu familia y seres queridos. En cuanto a tu amable invitación de pasar la Noche Buena en tu casa, espero que debido a la gran amistad que nos une, comprendas que me veo en la obligación de rechazarla una vez más. Nada me haría más feliz que compartir mi tiempo contigo, pero te aseguro que me es del todo imposible. Sin más propósito que desearte lo mejor, se despide tu fiel amigo, Tomás” Armando terminó de leer las últimas palabras dando un bufido. Se levantó y tiró la tabla de Ouija al suelo de una patada. ¡Otro año que le iba a tocar pasar la Noche Buena solo!

Lo nunca visto - #AdvientoLiterup2018 (Luces)

Me encanta la oscuridad, no saber lo que tengo delante. Así puedo imaginar un mundo fantástico, lejos de la aburrida realidad que me ha tocado vivir. Ahora estoy en un camino en mitad de un hermoso bosque. El viento mece con calma las hojas de los árboles. Hay dos pájaros en un nido, y un pequeño conejillo sale corriendo de entre unos matorrales. Es otoño, la gama de colores rojiza y ámbar es infinita y maravillosa. A lo lejos veo una puerta y una silla con la ropa del día anterior, hay un par de calcetines por el suelo… espera… ¡un momento! ¿Quién demonios ha encendido las luces? Relato finalista del #AdvientoLiterup2018 plataforma Literup día 12/12

Las gemelas - #AdvientoLiterup2018 (Armonía)

Cuando las gemelas cantaban juntas, parecían ángeles. La contralto empezaba a entonar con maestría las notas más graves y su hermana deleitaba a los oyentes con su canto de soprano. La armonía de sus voces erizaba el vello y ponía la piel de gallina. Ante tal maravilla sus padres vieron que podrían llegar muy lejos, e insistieron en crear cierta competencia entre ellas para obligarlas a esforzarse al máximo. Y no les faltaba razón: habrían sido las mejores. Pero por culpa de esa rivalidad terminaron odiándose y cada una desarrolló una mediocre carrera por separado.

La alquimista - #AdvientoLiterup2018 (Muérdago)

Su mentora le trajo tres matojos de muérdago. Los agarró emocionada y corrió a encerrarse en sus aposentos: Era el ingrediente que le faltaba. Separó, distraída, las hojas para la poción de amor, mientras pensaba en el conde. Qué apuesto era, ¡y qué fuerte! ¡Por fin vivirían juntos en la gran hacienda! Después machacó con rabia las tóxicas bayas para crear el veneno que acabaría con la condesa y le dejaría camino libre a la felicidad. Trabajó con ahínco en las recetas hasta bien entrada la madrugada, soñando con un prometedor futuro, ardiendo en deseos de besar esa boca perfecta. Exhausta, etiquetó los frascos y descansó. Quizás fue la falta de sueño o su exceso de imaginación lo que le hizo tener el pequeño descuido que convirtió a la condesa en la viuda más rica del reino.

La nieve - #AdvientoLiterup2018 (Gorro)

En su ciudad nunca nevaba, llovía mucho, muchísimo, pero jamás caía nieve. Por eso cuando se despertó por mañana y vio por la ventana toda la calle blanca, se emocionó, se vistió con su jersey más grueso, y se puso abrigo, gorro, bufanda y guantes. Bajó de tres en tres los escalones. Al salir del porta y mirar a su alrededor, bufó desilusionado, se dio la vuelta y volvió a subir a casa. Algún imbécil se había divertido esa noche jugando con pintura.

En la oscuridad - #AdvientoLiterup2018 (Juguete)

Era su juguete favorito: Un gracioso gorila de peluche del que no se separaba nunca. Jugaba con él, comía con él, iba al cole con él. Pero lo que más le gustaba era como por las noches le susurraba extraños cuentos antes de quedarse dormido.

Desilusión - #AdvientoLiterup2018 (Bufanda)

«No puede ser» pensó al rasgar el colorido papel navideño. Había estado semanas pateando tiendas para encontrar el regalo perfecto: algo práctico, original, que le sorprendiera. Algo que demostrara todo su afecto. Y lo había conseguido. Por eso tuvo que hacer un esfuerzo colosal para ocultar su desilusión al ver que dentro de su paquete había, como todos los años, un frasco de colonia y una maldita y horrorosa bufanda. Relato finalista del #AdvientoLiterup2018 plataforma Literup día 5/12

Noche de paz - #AdvientoLiterup2018 (Campana)

No era tarde, pero en diciembre se hacía de noche muy pronto. Como todos los años Jesús conducía a gran velocidad por una solitaria carretera secundaria en busca de aislamiento. Quería alejarse de la Navidad. Odiaba las luces de colores, los hilos musicales con repelentes niños cantando canciones pasadas de moda, los orondos papanoeles, los enormes paquetes de regalo tan vacíos como el espíritu de las fiestas... No se percató cuando el reno invadió la vía, lo esquivó con un rápido volantazo y se despeñó por el barranco, dando un par de vueltas de campana con el coche. En cuanto se le pasó el susto, se quitó el cinturón de seguridad y bajó por su propio pie totalmente ileso. Se recompuso la americana y ajustó la corbata. Sonrió y miró al cielo. Otro milagro: De algo tenía que servir ser el hijo de Dios. Un agorero relámpago atravesó el horizonte y el corazón le dio un vuelco… un momento, ¿no tendría esto que ver con el trato con Satán? ¿verdad?... Relato finalista del #AdvientoLiterup20

El regalo - #AdvientoLiterup2018 (Paz)

Entró en el centro comercial resoplando. Aún no había terminado noviembre y ya sonaban los dichosos villancicos por todos lados. No podía fallar a su hijo de nuevo. El gordinflón de Papá Noel le había estado defraudando año tras año: no le trajo ni el “Turbo-bubot 6000”, ni el “Lavadero de coches de la Mansión Fantasma”, ni siquiera el “Tanque Estelar del Cosmos”. La mañana de navidad siempre era un auténtico drama. Este año sería distinto. El juguete que todos los niños querían era “Pus, el osito zombie”, un adorable y original peluche parlante. Al entrar en la juguetería y ver el gran estante lleno de esos muñecos. Suspiró aliviado. ¡Este año sí! Agarró uno y se dirigió a cajas para pagarlo. Mientras volvía a casa en el coche sonreía satisfecho. Por fin iba pasar unas navidades en paz. En el maletero, el osito se activó y también sonrió; todo iba según lo planeado: en un par de meses habrían conquistado el planeta.

Sin despedida - #AdvientoLiterup2018 (Tren)

—Llegas tarde otra vez —me dijo con desgana. Ese fue su saludo. No se molestó en levantar la vista del móvil.  Me encogí de hombros y me senté a su lado. La estación estaba abarrotada. Miré el reloj. Aún faltaban unos diez minutos.  —Dame una tregua ¿quieres? —le contesté mientras me encendía un cigarro. No me quedó claro que me hubiera escuchado, parecía tener una conversación muy interesante por el chat. Le observé, era tan guapo... ¿cuándo se había fastidiado lo nuestro? A mi parecer yo no lo había hecho tan mal… por lo tanto tenía que haber alguien más. Intenté mirar por encima de su hombro para descubrir con quién hablaba, pero al darse cuenta puso mala cara y apagó la pantalla. —No deberías fumar aquí. Van a llamarnos la atención —me reprendió. Eso me enervó. Antes no le importaban las normas. Me acerqué enfadado al andén. Ya se podía escuchar a lo lejos el sonido de la máquina sobre las vías. Él se levantó, le vibró el móvil de nuevo y enseguida volvió a prestarle

4MØЯ? - #AdvientoLiterup2018 (Sonrisa)

Todas las tardes te sentabas en la misma mesa. No te hacía falta decir nada para que te trajeran tu café solo con mucho azúcar.  No te dabas cuenta, pero cada vez que se acercaba para servirte o preguntar si necesitabas algo, tu corazón se aceleraba y en tu cara se dibujaba una estúpida sonrisa que luego tardaba horas en borrarse. Quizás era por su extraño semblante que te atraía en lugar de inquietarte; o a lo mejor era por que nadie más te solía dirigir la palabra. Te hubiera encantado pedirle que se te acompañara un rato, charlar, conocerle mejor… pero siempre negabas con la cabeza, y observabas como se daba la vuelta y se marchaba para atender al resto de clientes.  No tenías forma de notarlo, pero eso le dolía. A la unidad androide de servicio A5000 v3.5, se le aceleraban los circuitos y algo parecido a una estúpida sonrisa se le dibujaba en su pantalla interna cada vez que te veía entrar por la puerta de la cafetería.