Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2018

La Arruga

Julián quería estar guapo. No era un día cualquiera: era El Gran Día. ¡Por fin había quedado con ella! Todo tenía que salir perfecto, así que cuando sacó la camisa de la bolsa y la vio, el mundo se le vino al suelo. Tenía una arruga inmensa, gigante, monstruosa. Era una arruga que parecía gritar "¡Estoy aquí!, ¡Mírame!" No tenía otra opción: desde que se emancipó, había tenido guardado el extraño artilugio dentro de su caja original en lo mas profundo del armario. Sabía que algún día tendría que usarlo y eso le había atormentado mas de una noche... aquello no parecía un electrodoméstico... eso era un aparato de tortura. Colocó la camisa extendida encima de la tabla y enchufó la plancha. Observar como humeaba no le dio buena espina, pero ya no se iba a echar atrás. No tenía ni idea de como funcionaba, así que esperó un poco y cuando la creyó caliente, la colocó encima de la prenda de seda. El olor a quemado hizo que su corazón diera un vuelco. Levantó rápidamente po

El Último Viaje

Éste será mi último viaje. Mañana cuando salga el sol, lo hará sin mí. No estaré presente cuando los gorriones le canten al nuevo día. No veré al mundo despertar. Mi aliento le faltará al viento. Éste será mi último viaje. Ya no volveré a caminar... es hora de volar.

La Cita

Se aseguró de que había vertido suficiente droga en la copa. Después la removió y aspiró el aroma de la bebida para cerciorarse de que no se notaba. Todo estaba perfecto. Miró a su víctima con una sonrisa irresistible y se le acercó. Le pasó la bebida y observó impaciente como le daba el primer trago. Con una terrible satisfacción y sin borrar la sonrisa de su rostro ignoró la estúpida conversación que estaban manteniendo y dejó volar a su enfermiza imaginación: Esa noche iba a ser muy divertida.

La Torre

—No es suficiente, tiene que ser mas alta —dijo el arquitecto mirando hacia el cielo. La torre se erguía majestuosa y monstruosa eclipsando la luz del propio sol. —Un par de pisos más —murmuró para sí mismo. Nunca le bastaría, pues por mucho que lo intentara, no llegaría a acariciar la luna.