Era lo mas grande que me habían regalado jamás. Un oso de peluche enorme; monstruoso. De noche me observaba desde la esquina del dormitorio. Juraría que de día no tenía los ojos tan rojos.
Un microtrance es un viaje, un momento. Una bocanada de inspiración. Una pequeña historia que sale de su escondite y muestra un poco de mi alma. Si te atreves, estás invitado a leerlos.