Podía ver como mis compañeros gesticulaban y gritaban frenéticos desde la otra orilla, para que me apresurara a cruzar el río. No sabía si hacerles caso, pues tras de ellos se acercaba una descomunal tormenta. No hubiera tardado tanto en decidirme si hubiera sabido que tras de mí, lo que se estaba acercando era el monstruo.
Un microtrance es un viaje, un momento. Una bocanada de inspiración. Una pequeña historia que sale de su escondite y muestra un poco de mi alma. Si te atreves, estás invitado a leerlos.