Bailaban extasiados al son de la estridente melodía girando en trance en torno al fuego. Entre los oscuros acordes y sus aborrecibles y grotescas risas, apenas se escuchaban los gritos desesperados de la doncella que se quemaba en la pira.
Un microtrance es un viaje, un momento. Una bocanada de inspiración. Una pequeña historia que sale de su escondite y muestra un poco de mi alma. Si te atreves, estás invitado a leerlos.