
Ella lo observaba mientras estaba apoyado en la barra hablando con el camarero. Era tan atractivo que no podía creer que la hubiera elegido. Él la miró y le regaló una sonrisa que hizo que su mundo se derritiera. Enseguida se le acercó con dos copas y le ofreció una. Mientras bebía él se mostró algo impaciente. Después charlaron un buen rato, era uno de los hombres mas perfectos que había conocido nunca. Ilusionada dejó volar su inocente imaginación: sin duda iba esa noche iba a ser muy especial.
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