Aún no la había leído, no había conseguido reunir el valor. La carta seguía encima de la mesa, en el mismo lugar en el que la habías dejado. Cuando volví aquella noche, te habías llevado tu maleta, solo quedaba tu aroma y el sobre con mi nombre escrito.
No lo leería, no quería saber porqué lo nuestro se había acabado, porqué ya no me amabas. Quizás había otro. Quizás no me había comportado como debería. ¿Y si te había herido sin querer? Eso no lo iba a superar…
Agarré la nota con lágrimas en los ojos y la rompí en mil pedazos. Pase días sin comer, bebiendo vodka, llorando mientras veía nuestras fotos.
Menos mal que sabes que te casaste con un idiota, si no me hubieras dejado después encontrarme durmiendo en el suelo del salón, cuando de volviste de pasar unos días en casa de tus padres.
No lo leería, no quería saber porqué lo nuestro se había acabado, porqué ya no me amabas. Quizás había otro. Quizás no me había comportado como debería. ¿Y si te había herido sin querer? Eso no lo iba a superar…
Agarré la nota con lágrimas en los ojos y la rompí en mil pedazos. Pase días sin comer, bebiendo vodka, llorando mientras veía nuestras fotos.
Menos mal que sabes que te casaste con un idiota, si no me hubieras dejado después encontrarme durmiendo en el suelo del salón, cuando de volviste de pasar unos días en casa de tus padres.
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