
Era una oración que multiplicaba sus salmos hasta la locura.
"Tac, tic, tac", nervioso, asustado.
Su miedo provenía en que pasaría cuando alguien se percatara de que el cuco llevaba ya varios días muerto en su interior.
Un microtrance es un viaje, un momento. Una bocanada de inspiración. Una pequeña historia que sale de su escondite y muestra un poco de mi alma. Si te atreves, estás invitado a leerlos.
Comentarios
Publicar un comentario